Algunas veces llegas a una ciudad con un plan, una crónica literaria, pero la ciudad te hace sus propias muecas, se hace autónoma y te sugiere el relato, desandando cualquier forma que hayas propuestoAlgunas veces llegas a una ciudad con un plan, una crónica literaria, pero la ciudad te hace sus propias muecas, se hace autónoma y te sugiere el relato, desandando cualquier forma que hayas propuesto