Si pudieras tener y vales 10, pero te dan 5 y te amenazan, y tienen el poder para cumplirlo, que podrías quedarte sin nada, es la fórmula que durante milenios ha conseguido controlar al soberano.
Esta posibilidad se ha neutralizado poco a poco, no lo ha hecho el número, pues está claro que la cantidad de gente no domina el escenario del poder, sino la educación.
El alcance de la educación, el acceso a ella, es la que ha logrado colocar al mundo en el siglo actual.
Hay un gran cambio desde el año 1900 hasta el actual, la curva de conocimiento, en forma exponencial ha colocado el conocimiento en un nivel impresionante, teniendo en cuenta la lentitud con que en años anteriores hubo apenas cambios en el conocimiento.
El efecto parece directo entre el alcance del conocimiento y el abandonar esa desventaja, antes circunscripta a los que mantenían históricamente el poder, religiosos, reyes, la clase dominante.
El gran cambio en el avance tecnológico es sin duda la educación, que no funciona sola y aislada, aunque Internet ha demostrado ser una buena plataforma, al menos para intentarlo, con fenómenos inquietantes sobre la explosión económica que se puede conseguir de la noche a la mañana de la mano de la ingeniosidad y un enigmático magnetismo para captar la atención, una conexión desconocida con la atracción masiva; y hasta en esos casos, el poder, es un aspecto importante en la ecuación.
Sin el poder de otorgar libertad económica a la educación, el avance retrocede, y al retroceder no ocurre en una sola dirección, más tarde o más temprano se llevará con ella al conjunto de opciones de la sociedad, y más tarde o más temprano, alcanzará al mismo poder, como una ouboros que se devora a sí mismo.
Cuando los dirigentes no son conscientes de este efecto, que más tarde o temprano se volverá en contra, la sociedad se encuentra en un punto muy claro, la decisión de conformarse y dejar al azar la decisión de revertir el proceso o combatirlo, resistir.
En Argentina, la historia de la resistencia ha dejado heridas muy graves, costurones que aún no han cerrado, damnificados cuyo punto más terrible es la desaparición de niños que aún hoy se buscan, y un daño al sentido de justicia que no se recupera.
El pueblo no quiere repetir la historia, los poderosos lo saben, pero se preparan por si la previsión les falla, preparan un sistema de represión, generan las condiciones y el clima de miedo y de contención del descontento basándose en la sombra del pasado.
Parafraseando a Pablo Feinmman, el filósofo, “Es muy incómodo adherir al gobierno de dos multimillonarios que te hablan del hambre”, pero hay que agregarle otros aspectos, es inaceptable que esos mismos les den consejos a los hambrientos de cómo aguantar ese hambre, dejarlos sin los medios para salir de ello, provocar y apoyar despidos, quitar el apoyo a las universidades, justo para volver a ser la “clase” dominante con la ayuda de la ignorancia, extender la misma política a la salud, que sin apoyo, está en crisis y en manos de nadie; no ocuparse de la contención de la epidemia, y otros tantos aspectos que sólo en 4 meses de gobierno tendrá consecuencias por años.
Está claro que las presiones de las marchas y quejas no tendrán ningún impacto, como también que para los que piensan que las cacerolas resolverán algo, como ya creyeron que ocurrió una vez.
La situación es más que incómoda.
No soy Kirchneristas, ni Cristinista, y en algunos aspectos estoy en desacuerdo con actitudes soberbias, pero hay una realidad innegable, mientras aún se busca alguna prueba de delitos de Cristina o Nestor, hay por otro lago muchas pruebas sobre delitos peores entre los que nos gobiernan, comenzando por el propio Mauricio Macri, el presidente; se sabe que mintió sobre las cuentas que dijo eran inactivas, se sabe que realizó negocios con lo que va destruyendo, negociados en realidad; pues pagaremos servicios inexistentes, como el supuesto corte de luz, pues el dinero que pagaremos extras, no irán a mantenimiento, sino a los sucesivos bolsillos necesarios para revestir de legalidad el delito de explotación; lo mismo con la compra de gas, pagados a precio de faraón, y así, la lista es interminable.
La educación, la salud, el empleo, destruido en casi 4 meses de impunidad y saqueo.
¿Qué esperamos?, esperamos un líder que levante la mano; mientras el gobierno ve en Cristina esa figura amenazante, y está con todos los cañones apuntados, descuidando otros aspectos, el líder está entre nosotros, es sólo que encuentre la manera de darnos una señal, que es deseo del pueblo que sea pacífica.
Necesitamos que ese líder funcione con inteligencia, y oportunamente, que no sea tan tarde que volvamos a caer en el error de un helicóptero o de la violencia.
Que no sea tan tarde que la destrucción de Macri cumpla el propósito de someter a todo el país al hambre y la enfermedad que habilite el dominio por medio del miedo, la carencia, la desidia.
Tenemos que sacarnos esa lacra de encima, y con él todos esos artífices del hambre que son sus funcionarios, los mismos que asolaron el país y que provocaron las peores crisis en el pasado, en muchos casos en complicidad militar de los años oscuros, pero esta vez, debidamente juzgados y presos como debió pasar.
No hay dudas que la situación actual es el resultado de no haber tenido la previsión de investigar y juzgar a todos estos, cuando no contaban con los foros que los protegen actualmente, un error que no deberíamos cometer por segunda vez.
Estamos padeciendo los resultados de ese error.