En el tema de la educación, en cualquier nivel, es que se ha subvertido el sentido. Los niños, adolescentes, adultos, no sienten que es su responsabilidad aprender, sino que es el maestro el que tiene la responsabilidad de que ellos aprendan.
Los padres se asocian rápidamente a la excusa, "el maestro es malo", casi todos conocemos esos casos, y en muchas ocasiones es justificado, sin embargo, y a pesar de todo hay una única realidad: son los alumnos los que tienen que enfrentar la vida con lo que consigan aprender, no el maestro.
Si hay alguna falencia en la enseñanza, es responsabilidad de los padres llenar los agujeros, y eso no significa siempre dinero en maestros particulares, significa tiempo, no para enseñar, muchas veces no se está en condiciones, tiempo para entender el problema, acercar soluciones, no siempre serán las que se esperan pero lo peor es la queja y desentenderse.
Las quejas de los padres, suelen ser de estilo patotero, se alimentan entre sí para darle valor numérico a la queja y lo convierten en prepotencia, en vez de en diálogo para buscar solución.
Enseñé en todos los niveles, primaria, secundaria, universitaria, y particular, y en la mayoría de los casos, salvo en el último, cuando el diálogo se lleva a una reflexión sobre las dificultades del aprendizaje en vez de repartir culpas, la situación de conflicto se plantea como una manipulación de los alumnos, apoyados por los padres para enfrentar el "sistema". El docente, que carece de herramientas del aplazo o de cualquier otra técnica indicadora de la falta de estudio, simplemente se resigna.
El sistema se retroalimenta, los alumnos y padres "forman" al mal maestro, porque total, saldrá perdiendo cualquier fuera las intenciones.
Luego, ocurre la realidad, y ya se formaron generaciones en donde la culpa de no saber, no interesarse, no contar con recursos propios para salir adelante de los problemas que se plantean en el rol que se haya elegido para actuar, la culpa es de otro.
Esta reflexión viene de la mano del alumno que debió ser Macri, ignorante en cuestiones increíbles, con discursos básicos que son aplaudidos por los Macris boys, y sin eco en espacios serios más que los medios que han contribuido a colocarlo donde está.
Es hasta gracioso escuchar a los locutores de TV intentar pasar lemas estúpidos con cara de "esto es importante", dicho de Macri que la historia registrará como la ironía más grande de la historia de Argentina.
Pero no todo está perdido, así como hay algunos que crecieron bajo esta visión de la educación, hay otros tantos que asumieron la responsabilidad de aprender, científicos y profesionales que se destacan en el campo nacional e internacional; es una lástima que los veremos partir pronto, porque no me creo ni un poco que va a quedar Ciencia y Técnica como una isla, la mediocridad es contagiosa, y sobre todo si hay una sola visión: la ganancia de las empresas que ahora administran los destinos del país.
Este es un requiem para el educación.