Una de las traiciones más impactantes para la sociedad fue la protagonizada por Julio Cobos, que usó la estrategia de acercarse al Kirchnerismo que generó un malestar disimulado entre sus pares, hasta el momento Radicales.
Los Radicales un partido de historia y tradición, tenía como método cerrar filas, Cobos fue como una especie de cuña; lo que en principio se vió como una apertura, pronto se reveló que Cobos no representaba exactamente a los que lo apoyaron en la intención de acercarse al poder de los Kirchner.
Cobos pasó a la historia ahora como una doble traición, primero a su partido, luego a los que lo recibieron, los Kirchner, lo dejó expuesto en sus ambiciones, en su verdadera falta de convicción y sobre todo ética militante, lo que no se le perdona.
El futuro de este político es el ostracismo, se quedó en el puesto del comodín, lo usan y descartan sin que les tiemble el pulso, la sospecha sobre sus ambiguas posiciones, al servicio de sí mismo y ambiciones que no lo dejaron percibir que la traición tiene consecuencias y mucho más cuando es doble es un político descartable en el que nadie confía.
A Cobos no se le perdona que siendo un viejo perro de la política haya tenido tan poca visión del impacto de sus acciones.
Diego Bossio, más joven, con menos experiencia, mismo camino, lo que deviene en la suposición que hay gente que aún no sabe detectar lo que no se perdona en política, que darse vuelta, en forma tan visible no es una acción que quede impune, a la larga se paga.
Julio Cobos, creyó que traicionando a los Kirchner tenía espacio dónde regresar, sólo para darse cuenta que la acción de la traición tiene su propio karma, no depende de partidos, es una característica de la persona que lo acompaña donde sea.
Diego Bossio se ha metido en el mismo camino, más papista que el papa, emite conceptos que ni Massa o Urtubey, supuestos espacios que cree que tiene, se atreverían; al igual que Cobos, es utilizado para pasar mensajes, para exponerse, sin darse cuenta que el destino ya está jugado con su traición, nadie pensará que puede ser leal, más que a sí mismo y la lealtad no tiene aristas, tiene una sola cara.
Otra en el mismo juego, que intenta borrar lo que trató de hacer cuando intentó separarse de Macri, no hace más que llevar agua al molino de Macri, aunque a veces no se sabe si lo ayuda o lo hunde a propósito.
Arrinconada en el puesto de Vicepresidente, Michetti, muy suelta de palabra, suele emitir conceptos asignándoselos a Macri que suelen levantar polvareda, ya ni respecto a su discapacidad, la gente la interpela, sin darse cuenta que ella es la cara, el brazo ejecutor y que Macri es el culpable.
La casi traición de Gabriela Michetti que tuvo con Macri la está pagando poniendo la cara, el cuerpo, la palabra; si Macri creía que podía escudarse en una persona discapacitada, parece que se equivocó, ya que el escrache para con ella es tanto o más virulento que contra el mismo Macri.
Estos traidores tienen un futuro claro de “chepibe”, igual que Cobos y otros tantos, el disfraz de traje con corbata hasta les queda ridículo.
A estos Judas de la modernidad los tentaron los maravedíes de las luces, tomaron decisiones de las que no se vuelve, y las consecuencias se conocen desde la época en que se creó la escritura.