Sólo algunos entenderán la referencia, en el título a un cuento de Philips Dick que se llevó a la pantalla como Blade Raner, por otra parte, una peli insuperable, no sé qué esperan para la versión remixada, aunque les costará superarla.
En la era del auto eléctrico, que se vió en esa peli, estamos en esa época.
Google, quizás Quijotezco y absurdo emprendió la cruzada, con su auto eléctrico, no sé cómo le va, pero me encantaría ser uno de los conductores que contratan para probarlos.
Sí, así es. Te pagan para sentarte en esos autos, no tiene conductor, son un experimento del futuro que se ha traído al presente.
Se me ocurrieron varias cuestiones al respecto, la mayoría no tiene que ver con la seguridad, sino con la imagen, este auto destruirá miles de imágenes en las que nos vemos a lo Jame Bond, con una mano fuera del coche, y la otra sobre el volante, con la chica al lado a la que impresionamos con la habilidad para usar la misma mano tanto al volante como en la palanca de cambio.
Toda una era de construcción de virilidad en esos gestos en peligro de extinción.
El contrato para ser cómplice de Google en esta ignominia es pasar entre 6 a 8 horas al día, 5 días a la semana, 20 dólares la hora, y proporcionar un detalle de la experiencia, no me digan que no es como el soldado en silla de ruedas que se mete en el Avatar para luego buchonear cómo destruir el mundo al que están invadiendo.
Digo yo, qué pasará con los sistemas de obtención de carnet de conducción, se van a morir de hambre, cuánta gente quedará sin trabajo.
Me pregunto también si no vendrán a Argentina, así me anoto, tampoco se puede despreciar un trabajo en dólares.