Salió de la lámpara, me miró perplejo, preguntó: En qué año estoy; Siglo XXI, año 2016, dije. Dónde, preguntó; tierra, cono sur, Argentina, Buenos Aires, dije.
Volví a parecer en la era en que un genio no sorprende a nadie, dijo.
Le pregunté cuándo había sido la última vez que apareció.
Fue en diciembre del 2015…Macri, dije; no, no; ese consiguió el sponsor de un Ifrit, un genio con mucho más poder; vine convocado por sus funcionarios.
Vos qué querés, dijo.
Y yo me quedé así, coagulada, pensé en qué podían haber pedido esos que salió todo mal; y me pregunté si no era una trampa. Los Ifrit históricamente odian a los humanos y son efectivos en ese propósito.