Hay una sentencia que dice que los que pueden vivir la vida, lo hacen, y los que no, escriben sobre los que pueden. Yo empecé por lo segundo, es como si hubiera comprendido que hay algo que puedo descifrar, el impulso, la mano, la idea, la palabra que será capaz de armar esa historia que otros necesitarán para asumirse, acuñar momentos de esa vida que tomarán de mi texto.