No se puede dejar al azar el plan de xito de un sitio
En el diseño de sitios, las decisiones las toma el dueño del negocio, empresa o persona, pero en el futuro éxito del sitio la incidencia de esas decisiones suelen ser contraproducentes.
Lamentablemente aún no existe la cultura de dejas el diseño del sitio a los profesionales que saben cuál es el transcursos que debe seguir un sitio para ser exitoso.
Lo primero que se debe definir es qué es éxito de un sitio, no es ni la estética, ni tan siquiera el producto que ofrece, sino la forma de hacerlo, y esa forma es una sola: la que Google define como mejor que la competencia para mostrar el vínculo entre los primeros como resultados en cualquier búsqueda.
Parece una dictadura, pero no es más que otro campo de negocios, tan feroz como lo son cualquier actividad que genera dinero.
El posicionamiento en buscadores, si bien tiene el espíritu de conseguir diferenciarse de la competencia para que Google prefiera mostrar nuestro sitio antes que otros, es uno de las actividades que a esta altura ya no son inocentes.
El factor éxito, implica una gran motivación para intentar atraer la atención de los buscadores, lo que ha implicado un casi invisible límite entre manipulación y actividades válidas.
Los algoritmos de Google se especializan más en detectar métodos de manipulación que las buenas prácticas, que son más o menos pocas.
Muchos dueños, cuando se inician en el proceso del diseño web, colocan sus energías en la imagen, como si eso los representara, pero ese es el menor de los factores que intervienen en el éxito del sitio, de nada sirve tener un sitio espectacular si los clientes no lo encuentran.
Luego, hay desproporcionadas expectativas; diseñar un sitio a veces presupone que habrá una dirección en una tarjeta de presentación y el sitio tiene el mismo espíritu, es tarjeta de presentación; sin embargo no hay una reflexión sobre que el número de tarjetas que se pueden distribuir con ese método es unos cuantos cientos, en Internet hay miles de personas, cientos de miles.
Luego, si se puede llegar a alguien con una tarjeta de presentación mejor aprovechar la situación para otras estrategias de convertirlo en cliente, en la Internet, hay otros procesos disponibles.
Antes de captar al cliente por una estética improbable, el gusto es uno de los elementos menos confiables para sostener la expectativa sobre un negocio, el viejo concepto publicitario de marca o de imagen, tenía su sentido dentro de un espacio físico en el que circulan personas y en donde la saturación del mensaje socaba el imaginario de los ciudadanos, pero en la Internet no hay calles, por las que circulan miles de personas por día, en la Internet hay búsquedas, y los clientes se dejan seducir por la convocatoria qua aparecen en los resultados de esas búsquedas, porque ahorran el valor más importante: el tiempo.
Del mismo modo, el diseño de un sitio desperdicia eso, lo más valioso, el tiempo, cuando no tiene en cuenta que su principal función es ser vista. A esto se le llama visibilidad y la para ello es necesario ser encontrado cuando es el potencial cliente el que busca el producto, servicio o información que el sitio ofrece.
Comenzar el diseño de un sitio sin mucha convicción, bajo la subjetiva idea que “estar” es tener un sitio Web es minimizar la situación y carecer de elementos para comprender el verdadero propósito.
Muchos están encandilados con la idea de viralizar su sitio por factores de singularidad, videos extraños o divertidos, imágenes impactantes, pero en la realidad de los número son casos completamente aleatorios, y con poca vida en cuando a relación con negocios, son casos atípicos, irregulares que muy difícilmente sostengan un negocios, sino más bien personalidades, convierte a la persona en un negocio, no es un negocio exitoso.
La realidad de la tecnología ha hecho temblar el concepto de publicidad o de liderazgo, ya que grandes empresas que en el mundo real son conocidas, en Internet no tienen más ventajas que ignotas que saben llevar bien sus procesos de posicionamiento web.
El diseño de un sitio es una gran oportunidad para levantar un imperio, pero dejar eso a la casualidad es pecar de ingenuidad.
Sin duda el principal factor en el que cualquier diseño de sitio debe apoyarse es en las estrategias de posicionamiento que sea capaz de organizar el diseñador del sitio, dentro del sitio, pero también hay que comprender que la competencia está al tanto de lo mismo, por lo tanto investigar qué hace la competencia al respecto forma parte de la ecuación.
Está claro que un sitio aislado, sin comparación con los referentes, su competencia, no es posible, cuando Google nos beneficia con una posición como resultado de las búsquedas, lo hace por comparación, nada aislado del propio sitio puede por sí mismo surgir como preferencial.
El diseño del sitio, además de elementos propios, tiene que estar en ventaja respecto a la competencia, pero no en estética, sino en factores de importancia para el posicionamiento.
En otras palabras, el diseño del sitio es una oportunidad de negocios que bien aceitado, sin improvisaciones o poca convicción conseguirá logros inesperados.