La tecnología sin duda avanza sobre todos los campos, el literario no podía quedar al margen, no debe ser coincidencia que la lectura incompleta, no lineal, y relecturas y reescrituras son parte de la temática actual de la novela, más allá del análisis y la crítica.
Los límites de los géneros se desdibujan bajo la lupa de la integridad de relaciones entre elementos literarios.
La información, asuntos de recursos literarios, metatexto, son a su vez elementos narrativos de la ficción.
El contexto de las obras, en la actualidad, son parte del contexto entre unas y otras, incluyen la trayectoria del autor, los puntos de contacto con su época y el pasado; las posibilidades se abren a nuevas formas de comunicar, el intercambio entre sistemas de escritura, el comunicativo, el literario, se convierten en puntos de ruptura de género.
La crítica encuentra espacio entre la reseña y los recursos literarios y una formación ecléctica que no sólo es ampliada por la tecnología, sino que la incluye, las consecuencias de estos entrecruzamientos son insospechadas y sobre todo, interpelan al crítico, tanto como al autor.
La tarea crítica necesitará de ampliar sus elementos de análisis, la tecnología se impone y se entromete, la situación personal del crítico se vuelve un hecho de reflexión no sólo sobre los contenidos, o elementos de los contenidos, sino también sobre las formas de ese contenido, el contexto de fuente, fundación e incluso medio.
La conciencia de la crítica se vuelve sobre sí misma, la oposición, lo no dicho, es tan activo como lo escrito, las propuestas incluyen aspectos poco sensibles al contenido como los medios de difusión, los modos de lectura, todo interviene en el delicado soporte del texto literario e impondrá sus poderes fácticos ocultos, no sólo en el entresijo del texto, sino también en el medio en el que se lo percibe.
La crítica se desplaza entre el valor como obra de arte, soporte, medio de impacto, el pensamiento articulado cobra dimensión de interés dentro de parámetros de juicios fuera del escenario literario.
La Internet ha venido a interpelar el contenido, a colocar el medio dentro de la cuestión crítica.
La valoración crítica sufre del intertexto, de la intercepción, del medio en que se propaga, los extensos puntos de vista, el texto sometido a un panóptico complejo.
La crítica se vuelve subjetiva a la relación del crítico con los medios de propagación, los juicios descriptivos no refieren a un solo texto, sino que cobra vida activa, el análisis se vuelve especulativo.
Toda crítica es subjetiva, hay gustos involucrados, pero también capacidad de articulación con los nuevos medios que la tecnología involucra.
Vivimos una época de marginación de los conocimientos independientes, ya todo tiene que ver con todos, del mismo modo que los géneros se invaden e intercambian entre sí, la crítica se ha vuelto voluble y cuestionable.