Literatura, relatos, crtica literaria, novelas, literatura latinoamericana
La tecnología ha cambiado las costumbres en el método y medios de escritura, sin embargo, hay mediciones que indican que las mujeres son las que antes, y ahora, sostenían y sostienen el género epistolar como modo de comunicación, a los que se aplican recursos literarios, y de hecho, son los métodos de confirmación de anotaciones o mención de posteriores verificaciones.
El romanticismos, es una de las característica, una mixtura entre poesía y prosa, la literatura las ha considerado como género epistolar, cuando hay características particulares de narrador y van dirigida a una persona o grupo determinado; usualmente refieren a un hecho que los participantes conocen, no necesariamente está declarado en el texto y el momento en que circula tiene injerencia como parte de su significado.
Mi novela preferida, del género romántico es Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, o podría decir todas las novelas de esa autora, en esa novela en particular, hay acciones que se usan hasta el día de hoy como recursos novelísticos y románticos; el momento al que me quiero referir es cuando el protagonista aclara en una carta, algunos hechos a la protagonista, pero no es una carta de amor, o por lo menos no es su intención, sino una aclaración.
Es difícil definir qué acciones en la modernidad suplantan la epístola, sin embargo, el género epistolar, pasó de ser de un método de comunicación a un recurso; si quisiéramos escribir un texto que usara el género epistolar, probablemente se tomaría como indicio de época, a pesar que vivimos una era en donde la explosión de la expresión escrita, las redes sociales y blogs, contribuyen al método de la escritura como comunicación.
La literatura siempre discutirá sobre procedimientos discursivos y aspectos literarios, pero el género epistolar parece tener funciones muy detalladas, ya recorrido y funciona por un andarivel de interés que las editoriales han sabido aprovechar.
En el género literario no sólo hay romanticismo, hay revelaciones, hay especial interés en las epístolas que intercambian escritores, como si contuvieran claves con las que generan sus propias escrituras, confesiones, situaciones que suelen ser atractivas para los admiradores.
Escribo esto en el día internacional de la mujer, aunque sé que no se publicará ese día, meditando sobre la importancia y aporte de las mujeres a este género, que, por alguna razón, se le asigna a las mujeres, y la razón es importante, la mujer ha sido, y aun lo es en algunos ámbitos, censurada a dar opinión o hablar, a pesar de tener fama de lo contrario; se degrada con la palabra chisme o parecidas a esa particularidad de hablar, sin embargo, si fuera por escrito, un chisme un invento, una fábula se podría convertir en texto literario, cosa que han descubierto las mujeres que se animaron y convirtieron esa imaginación en grandes relatos, Jane Austen, la que más me gusta.
Precisamente esa particularidad es que la resuelve en detalles el relato, para esta autora, convertida en una de las más romántica, la atención a los detalles y a la forma en que las mujeres estaban limitadas a resolver su vida –tenían que procurar quién las mantuviera–, antes que el amor; sin embargo, las heroínas de sus textos se animan y prefieren el amor, en una época en la que eso se veía mal; la autora se animaba a pensar el mundo de otra manera.
Probablemente estaría retratando un punto de quiebre, el mundo estaba cambiando y ella no tenía voz para participar, tenía escritura, como si hubiera percibido que la epístola era insuficiente y su forma de conjurar su realidad fuera construyéndolas.