Aunque comprar una vivienda es actualmente más difícil que alquilarla, eso no significa que sea completamente imposible hacerlo. Vivimos en una época precaria, es verdad, y solo el empleo público ofrece una estabilidad económica para toda la vida.
En el sector privado, sin embargo, la explotación y los empleos mal pagados, así como los contratos temporales o los falsos contratos indefinidos, campan a sus anchas.
No todo el mundo puede opositar, con lo cual nos encontramos ante una realidad dura y difícil de gestionar: la mayoría de las personas de treinta años o menos no puede soñar con comprar una casa o disponer de una pensión, no así.
Pero, repetimos, eso no significa que las posibilidades de hacerlo sean nulas. Más bien, el camino actual es más largo, más pedregoso y más incierto, pero si se dan los pasos adecuados y si se tiene paciencia se puede alcanzar el mismo objetivo: la adquisición de vivienda.
¿Qué deberíamos hacer? Para empezar, recurrir a los recursos online que las personas de generaciones pasadas nunca tuvieron. Entre ellos, los sitios web que constituyen bases de datos de viviendas a la venta y en alquiler, siendo posible filtrar los resultados por tipología de inmueble y precios máximos. También es posible hoy en día utilizar calcular una hipoteca en internet y encontrar la que más se ajuste a nuestra realidad adquisitiva.
Por otro lado, es importante investigar todas las opciones, todos los precios y todo lo que está a nuestro alcance en materia inmobiliaria y por zonas. No solo es que los precios sean diferentes según tipo de casa, lo cual hace que nuestros préstamos online o préstamos hipotecarios fluctúen; también es que existen opciones intermedias que nos pueden dar un respiro mientras accedemos a una hipoteca.
Por ejemplo, los alquileres con opción de compra, que proliferan mucho en estos tiempos dada la enorme presencia de personas con rentas bajas y problemas de ahorro económico. Por supuesto, muchas cosas tienen que cambiar a nivel gubernamental, pues el acceso a la vivienda debe ser un derecho de todos. Pero, mientras tanto, se pueden hacer muchas cosas.