Solemos pensar que no necesitamos saber demasiado de teoría y práctica inmobiliaria cuando llega el momento de calcular una hipoteca para nuestra casa, pero eso no es verdad. No solo importa la casa que queramos adquirir, su valor, su antigüedad, su papeleo burocrático o las prestaciones de la zona en la que se sitúa, sino el contexto del mercado. Nunca se sabe en qué momento necesitaremos tener en cuenta cuestiones económicas que, en principio, no parecen tener que ver con nosotros, pero que a medio o largo plazo supondrá una mayor rentabilidad para nuestra adquisición.

Por eso, en primer lugar, nunca está de más y es conocimiento aprovechable saber qué son los bienes inmuebles en los que se puede invertir y cuántos tipos existen. En primer lugar, es importante saber que un bien inmueble es aquel que no se puede trasladar y mover de sitio, y por eso también es común denominarlos bienes raíces. Dicho de otro modo, están sujetos al suelo, y es el caso concreto de una casa o de un piso sea cual sea su tipología y su utilización. Por eso en esta agrupación también entran las oficinas y los locales de uso comercial.

En cuanto a la clasificación de los bienes inmuebles que existe en la actualidad y que conviene tener presente si en algún momento nos disponemos a invertir préstamos o créditos online rápidos, es la siguiente. Por un lado, los bienes por naturaleza, de suelo o subsuelo; por otro, los bienes por accesión, incrustados en un bien inmueble mayor, como una ventana; en tercer lugar, los bienes por destino, usados para mejorar el bien mayor, como utensilios concretos.

En cuarto lugar encontramos los bienes por incorporación, referidos, por ejemplo, a las reformas y ampliaciones; en quinto, los bienes por representación, que abarcan todos los documentos que certifican la propiedad del inmueble; y por último, y en este caso concreto el más importante, los bienes por analogía o todos aquellos recursos que equivalen al inmueble. Las hipotecas entran en este grupo. Teniendo un contexto teórico podemos localizar, entre otras cosas, lagunas legales que nos puedan perjudicar. El saber no ocupa lugar.