Hay una poesía joven que asume la palabra como una extensión de sus furores internos. Es arte y parte de la claridad, y encuentra en el lenguaje poético una distancia del uso cotidiano, que es la libertad de diseñar su propia música, pero no se solaza consigo misma sino que propone e invita a la reflexión. Vallejo en España aparta de mí este cáliz, por ejemplo, emprende un llamado a la nacionalidad universal de los hombres. Son poetas que creen aún en los diálogos, que no desdeñan las posibilidades del lenguaje y asumen una actitud de puentes.
Errantes caballeros de los ideales más altos, en la música de su Lira, aunque salga de teclas de plástico, se acrisolan algunas virtudes y verdades. Vehementes y frescas verdades:
Poesía divina y bendita
Rescate del alma en el fuego
Rabia guardada, limpia las heridas (1)
El trabajo Entropía del joven poeta Alex Chang Llerena nos recuerda estos menesteres intensos de la actividad poética. Aquí, en sus versos vitales, la poesía es también agua purísima del lenguaje que funciona de modo plural: decir, atacar, criticar, usar la poesía como una flecha con un ápice de llamarada en la punta. Recordemos, por ejemplo, a nuestro Javier Heraud, que asume la poesía como el canto de los pueblos liberados, como un lenguaje para todos, como una propiedad no de poetas sino de la colectividad. Y, entonces, Chang versa:
Consuelo busco
Comprensión espero
Súplica de amor y aprecio (2)
Esto configura su poesía de una sencillez apabullante pero también de una sustancia social y humana. Un poema como Pueblo joven donde nos canta:
Todos buscamos un sueño
Que un día haremos realidad
Representando la cultura
Buscamos una vida de mejor calidad
(…)
Talento humano saldrá de los pueblos jóvenes
Orgullo de la nación
Somos pueblos jóvenes
Somos soñadores (3)
…basta y sobra para confirmar las cualidades de su poesía: sencillez en el lenguaje, temas sociales y críticos. Establecimiento del arte poético como el arte del pueblo, la genialidad vallejiana de donde brotan los cantos viscosamente azulados. La poesía como un estado de observar y cantar los sueños, los ideales, elevar los versos como una espada encendida, y darle voz y arte, silencio y flor a la realidad que asfixia. Chang, joven con autismo de Comas, distrito que surgió con la vehemencia de una ola y clavando esteras y palos, carpas y plásticos en los arenales de la urbe limeña, escribe lo que observa, siente y grita; escribe sencillo para ser entendido por un cobrador de combi o por una muchacha que estudia administración en una universidad privada con el sueño de ganar un sueldo mensual mínimamente respetable. Su poesía es hija de otras propuestas mayores, por ejemplo, los cantos urbanos de Juan Ramírez Ruiz, o la huelga de Cesáreo Martínez o de autores que ya le cantaron a la invasión de distritos por los más pobres y desarraigados como el gran Leoncio Bueno (4) Hay entonces una poética que asume la necesidad de ser trinchera de valores y de posibilidades, donde el lenguaje es infinita música e inevitable realidad.
Y encuentra en la palabra un espacio para decirse y liberarse. Chang canta:
Niño peruano alegre de vivir
Disfruta la vida que te toca vivir
Empiezas un largo camino(5)
Viendo solo los títulos de algunos poemas como Vallejo, Túpac Amarú, Destructor del medio ambiente, Genes y, otros, de temas variopintos, como Su majestad Queen, Respirar bajo el agua o Autismo encuentro el inventario sobre los que se sostienen Entropía: para el joven Llerena el fuego es un estado de intranquilidad, su poética no requiere la desmesura de los grandes Prometeos sino la mesura de los lagos. Poeta del lago, observa en su furor concentrado la ciencia ilimitada del crear: la mente y su espacio. Sin olvidar claro los temas que abren la imaginación febril y sus héroes (6), Chang busca su épica en la mesura y tranquilidad, sin dejar de atisbar la crítica y la música poética. No es caudaloso río el canto de Chang, es breve y sosegado; rítmico y comprometido. Ello le permite medir sus propias fuerzas, decantarlas y limitar su energía. Hay un canto sereno del joven que observa y calla, que se observa a sí mismo en la maquinaria mental de su era, y también una mirada límpida donde frescos crecen los sueños:
La mente derrota lo imposible
El obstáculo se torna posibilidad
Mente poderosa que destruye barreras
Ideas que nacen para elevar la mente(7)
…mirada que inteligentemente nos habla de la pasión sobre la que se sostiene el oficio de escribir, de soñar el mundo bajo la posibilidad ilimitada de los versos. Es lo que sentenciaba Hölderlin al explicar que somos limitados cuando pensamos, pero ilimitados al soñar.
La voz Chang es la de un sueño de un mejor país, de una sociedad donde se respira y se viva con justa igualdad social para todos. También la de una poética que:
…declama elegancia
Música que se pierde estética por ganancias
Música vendida su alma por la popularidad
Poesía despreciada por la cruel sociedad(8)
Chang, con este poemario, integra la nueva camada de jóvenes poetas peruanos que buscan, desde la vitalidad de su arte, construir un país y su posibilidad desde el lenguaje. Si por Entropía entendemos que según la física es un estado de magnitud o según su etimología una suerte de trasformación podemos colegir que las energías que desata el trabajo de Chang hierve una lengua que usa su realidad más inmediata para poetizar. La nueva poesía peruana tiene que nacer de un contacto inmediato con los nuevos furores de la urbe, con esas energías que se desatan de la estrecha sociedad peruana, que margina, silencia o humilla toda rebeldía, y, de una mirada vasta que integre todos sus ejes en un solo lienzo. Sociedad y poesía en una sola música atravesando lo hipócrita.
Aunque el trabajo en su totalidad a veces caiga, por su juventud, en una mirada cándida, es justamente esta mirada (como en Heraud) la que nos enciende y extiende los sueños. ¿No es acaso esa inocencia la que atiza los sueños más imposibles? Lo cierto es que el fuego de todo joven poeta es bello.
Chang finalmente nos dice:
Sabiduría entre el agua y mi cuerpo
Oxígeno que respira mi alma
Soy un delfín (9)
