Por fin lo hemos conseguido: hemos planificado un fin de semana de lujo en Menorca, unas vacaciones de verano inolvidables en las que conoceremos los preciosos pueblos pesqueros de la isla, las pintorescas ciudades, las playas más urbanas y más escondidas de la costa mediterránea de la isla, y los monumentos talayóticos más impresionantes. Para ello disponemos de tres días, ya que se trata de eso, una escapada de fin de semana. Sin embargo ¿nos dará tiempo a conocer la isla como queremos antes de tener que volver a casa? ¿Cómo podemos evitar perder un tiempo de turismo precioso en el simple hecho de transportarnos?
La solución es muy sencilla: el alquiler de coches en el aeropuerto de Menorca. Si nos fuéramos dos semanas de vacaciones a la isla, tal vez incluso una, no tendríamos que preocuparnos tanto por el tiempo malgastado en esperar un autobús y adaptarnos a los horarios generales del transporte público, ya que seguimos teniendo tiempo de sobra para conocer Menorca de cabo a rabo, o al menos muchos de sus lugares más emblemáticos, sin sentir que el tiempo corre en nuestra contra. Sin embargo, en un viaje de fin de semana cada minuto cuenta, al menos si realmente queremos conocer el sitio al que vamos.
Por esa razón no deberíamos ni pensarlo demasiado: el rent a car en Menorca es la mejor posibilidad, ya que nos ofrece un vehículo propio y la opción de transportarnos como queramos y adonde queramos sin depender de horarios ni de terceras personas. Únicamente nos tenemos que preocupar de tener el depósito lleno. Además de que el alquiler de coches en Menorca nos proporciona una libertad de itinerario total, no debemos olvidar que hay lugares en la isla que son especialmente inaccesibles por transporte público, y solo un coche de alquiler nos permitirá acceder a ellos por senderos o carreteras secundarias.
El alquiler es, en definitiva, la mejor posibilidad que tenemos de conocer Menorca como queremos en solo dos o tres días. Volveremos a casa con la sensación placentera y satisfactoria de haber aprovechado bien nuestras breves pero intensas vacaciones.