Algunas personas creen erróneamente que toda persona que tome la decisión de recurrir a la instalación de cámaras analógicas, o de cámaras de seguridad IP en casa está siendo paranoica. A fin de cuentas, una cámara, como recurso de videovigilancia, es algo que se coloca por ejemplo en una tienda o en un negocio para protegerlo de posibles robos. Pero ¿por qué iba a instalarse en una casa, si en realidad basta con disponer de una cerradura con refuerzo en la puerta de entrada y con cerrar todas las ventanas al salir de casa? En fin, las personas que piensan eso tienen suerte y privilegios de los que no se dan cuenta. Por ejemplo, seguramente vivan en una casa reformada o en un quinto piso.
No ocurre así con muchas otras personas, es decir, con gente que a lo mejor vive en un edificio construido hace décadas, con puertas viejas que podrían romperse fácilmente y con pocos recursos económicos para sustituirla por una mucho más reforzada. También, puede que vivan en un primer piso o en un bajo a pie de calle. En esos casos, invertir dinero en la instalación de cámaras de seguridad para conectarlas al salir de casa y disuadir de allanamientos a cualquier desconocido que pase cerca, es una idea tan buena como el simple hecho de reforzar puertas o instalar rejas de seguridad.
Naturalmente, se podría pensar que quien tiene dinero para cámaras lo tiene para puertas. Pero, de nuevo, ese pensamiento parte del desconocimiento del sector de la videovigilancia. Las cámaras más modernas, como las sofisticadas cámaras de seguridad IP, tal vez requieran ahorrar durante un tiempo; pero las analógicas o tradicionales, que son aquellas de las que hemos estado hablando desde el principio, son muy económicas y en muchos casos más asequibles que las cerraduras reforzadas.
Además, más allá de qué recurso de seguridad es más económico, está el simple hecho de las preferencias personales. Ya tenemos suficientes limitaciones en nuestra vida diaria debido a la pandemia del COVID-19, qué menos que poder elegir cómo vigilamos nuestro propio hogar. En resumen, una cámara de vigilancia en casa es una buena idea.