A lo largo y ancho de internet podemos encontrar decenas de blogs, foros y contenidos en redes sociales que aconsejan de diversas maneras sobre técnicas de ahorro. Desde fórmulas matemáticas hasta sencillos hábitos de consumo, todas estas estrategias deberían funcionar, a largo plazo, para permitirnos necesidades básicas de la vida y hoy en día difíciles de conseguir, como comprarnos un piso mediante hipoteca. Sin embargo, estos consejos actualmente obvian algunas realidades sociales que, por desgracia, son ya muy cotidianas. No solo muchísimas personas no pueden permitirse ahorrar, sino que el contexto de pandemia global ha empeorado la situación financiera en general.
¿Significa eso que cualquier persona incapaz de crear y mantener un fondo de ahorros porque debe centrarse en sobrevivir, pagar comida y facturas, tiene que renunciar forzosamente al sueño de comprarse un piso? En absoluto. Sencillamente, es aconsejable que busque alternativas y, sobre todo, ayuda. Por ejemplo, contactando con intermediarios hipotecarios. En general, los asesores financieros existen porque actúan como mediadores en los asuntos económicos de todas las personas con independencia de su situación actual.
Eso significa que, estén donde estén, asesores financieros en Valencia o en cualquier otro lugar, prestarán una ayuda inestimable a cualquier individuo, pareja o familia que necesite desesperadamente consejo y, ante todo, un procedimiento efectivo para conseguir la hipoteca soñada. Porque si en algo son capaces de ayudar los intermediarios profesionales, es en conseguir allanar un camino directo y seguro hacia la posibilidad de comprar una casa sin ahorros, algo que, dicho así, suena hasta utópico.
Sin embargo, no lo es, es posible conseguirlo mediante técnicas específicas o refinanciaciones varias. Las personas de a pie, desde luego, no tenemos por qué conocer ni controlar ninguna de estas ayudas, pero los asesores en cuestión están entrenados para ello y brindarán a personas con necesidades financieras todas las que necesiten.
Al final, se trata de escoger una vía de acción que tal vez sea más compleja y más larga, pero que eventualmente desembocará en el objetivo deseado: adquirir por fin una vivienda digna en propiedad, aunque la crisis económica actual no lo esté poniendo nada fácil.