Más de una vez habremos experimentado esa sensación de frustración e impotencia de intentar cuidar nuestro pelo, pero no conseguir grandes resultados. Antes de desesperar, sería buena idea que reflexionásemos por qué. Muy a menudo se debe a que nos conformamos con productos para el pelo baratos. No debemos culparnos de ello, ya que, nos guste o no, nuestro poder adquisitivo muchas veces es el que es y tenemos alquileres y facturas que pagar. Pero, si en algún momento tenemos la posibilidad de ahorrar lo suficiente como para probar algo mejor, tal vez deberíamos animarnos a comprar nuestro primer champú natural sin químicos.
En efecto, algo que caracteriza a menudo a los tratamientos para el pelo baratos que podemos encontrar a gran escala en las grandes superficies, es el agregado exagerado y nocivo de sulfato y otros agregados industriales. A largo plazo, y por mucho que estos productos prometan milagros en cuanto a hidratación y cuidado, esos químicos, aplicados casi a diario en nuestro cabello, resultan agresivos y dañinos, e irónicamente pueden ser causa de que nuestras puntas y raíces se quemen, o perdamos demasiado cabello.
Por suerte, hoy en día podemos encontrar, en cuanto a productos naturales, desde un buen tratamiento para la caída del cabello, hasta otro de corte general cien por cien dedicado a la hidratación. Internet tal vez sea nuestra fuente de información más eficaz porque, por un lado, es en la red donde abunda una enorme variedad de productos sin químicos; y por otro, por qué no decirlo, comprar champús en la era de la pandemia del coronavirus, cuando la mascarilla de hecho mengua nuestra capacidad olfativa, es incómodo y puede conducirnos a tomar una mala decisión.
Puede que no podamos oler a través de la pantalla de un ordenador, pero tampoco nos hará demasiada falta hacerlo. Si somos pacientes, establecemos comparativas críticas y finalmente invertimos nuestro dinero en el champú o en el acondicionador natural que deseamos, muy mal se tendría que dar dicha elección para que quedásemos luego insatisfechos con la compra. Ya de por sí, comprar productos naturales siempre supone elegir sabiamente.