Nunca pude saber cuando sus uncinos de luna niña
fueron lamento de sirena sin sordina llenándome
y gemidos de bengala hecho hembra tenue enamorada
zarpazo de estrella rodando por mi corazón estropeado
repique de tacones en danza imborrable de orfebre
acrobacia vacía de certezas para limpiarse de riesgos
brillante trazo sobre mi textura de arrugada corteza
rasgadura del manto del recuerdo sobre los abismos
limpia mortaja permanente para las tristezas mutuas
y rescoldo de amplia borrachera de nuestros cuerpos.
© Alfredo Cedeño