Estuve pensando que últimamente, la tecnología nos lleva por el camino de convertir la vida real lo más parecido a un juego posible.
Este concepto nos lleva a crear distorsiones de la realidad, el cine 3 D, que ahora se llevó a computadoras y televisores, los juegos como el WII y XBOX, que permiten usar el cuerpo como si estuviéramos dentro del juego, el Google Glass que son unos anteojos que agrandan la realidad.
El concepto de agrandar la realidad es controvertido, se presupone que es como un anteojo gran angular o algo así, incorporado a 3 D, o algo así, que graba lo que vamos viendo.
Ya hay una polémica de si eso no es invasión de la privacidad, en cuyo caso la cuestión sería que si lo ves, y queda almacenado en la memoria, es diferente de verlo que quede grabado en una memoria usb.
El anteojo permite consulta facebook, twitter u otras redes sociales, mientras tanto, lo que genera la duda de si te están prestando atención mientras te miran con ellos.
Lo que asusta, no se entiende es que no se sabe si estás o no estás, o si eres menos importante que consultar con internet.
Personalmente, creo que esa respuesta es obvia, baste ver la cantidad de gente que mientras les estás hablando consultan sus celulares o los contestan o envían mensajitos o juegan al crazy mientras les estás contando los secretos de tu vida.
La información aparece en los anteojos y se puede consultar por el rabillo del ojo, mientras estás haciendo otras cosas. Una dura prueba de estrés para nuestra capacidad de concentración.
El anteojo cuenta con una cámara, conexión a internet, computadora con memoria para almacenar contenido, sensores táctiles, micrófono, el sueño de James Bond.
Ya apareció en Uruguay una tecnoadicta usando el dichoso aparatejo, que no se le puede negar el interés que despierta, con la mala idea de usarlos mientras manejaba, y multada por ello.
No deja de sorprenderme que la policía local conozca de tecnología como para haberlo detectado, lo que habla bien de ese país, en Argentina, con las importaciones en cero, ni siquiera lo vimos en foto.
Otrora país de vanguardia en importación de tecnología, Argentina se viene salvando de esos productos salvajes que provocan problemas en la vida real.
Con algo hay que consolarse.