Hay acuerdo en que hay grandes fortunas que se organizan alrededor de negocios con productos por peso.
Por ejemplo, el oro, que se vende por kilos, las drogas, el uranio enriquecido, y aunque parezca bizarro, dos ítems que compiten en ganancias, el pelo y los kilos de grasa corporal.
De entre todos, el pelo, es el que mayor ganancia adquiere en la gran cadena de movilidad hasta su destino, y por el que más delitos se comete sin que se controle ni haya protección.
En la India, se ofrece el pelo como sacrificio, tal como en Argentina se le ofrecen velas a la difunta Correa.
El acto de ofrecer el pelo en sacrificio, la Tonsura, es común, a cambio de promesas. Los templos que practican el sacrificio, mantienen colas y colas de gente en esperan a ser rasuradas.
El templo, genera un negocio de venta del pelo con empresas.
Vender este material, no es tan malo. En cierto sentido, ya que sirve para la manutención del propio templo, y por otro lado es un material que no va a parar a los basureros, atiborrándolos, ni genera polución, ni residuos tóxicos.
Las empresas que lo compran, cuentan con procedimientos basados en trabajo humano, que se ocupan de seleccionar el tipo de pelo, color, calidad y lo someten a limpieza profunda, lo sellan en paquetes y lo distribuyen a personas que a su vez se ocuparán de distribuirlos por el mundo. No se puede decir que no genere puestos de trabajo.
El kilo de pelo, es más caro que el kilo de oro.
En la india, se cuenta por miles los casos de mujeres y niñas, que estando en el cine, distraídas, o descuidadas, durmiendose, les cortan el pelo, robándoselos.
Es un delito menor para los problemas que pueda tener un país, porque no es acto que se persiga ni que tenga control; las damnificadas, literalmente, se tienen que aguantar la situación.
En la india, vivir de la industria del pelo, es un asunto de estado, como si dijéramos que un país cuida al turista porque vive de él.
El destino de ese pelo, en su mayoría, es Estados Unidos, Los ángeles es el mayor consumidor.
El pelo, pasa en una valija común, con una persona que lo transporta, ni siquiera califica como producto en tránsito o como insumo para empresa.
El tráfico de pelo no está prohibido, no es droga ni valores monetario o mineral.
El negocio de las extensiones es casi tan importante como el del oro o el de las cirugías estéticas, y por ahora, está muy cotizado, ya que es un insumo cada vez más solicitado en el mercado cosmético.
El origen es el sacrificio de alguien en un templo de India, que no tiene la menor idea de lo que se hace con su cabello, y termina en la cabeza de algún personaje en el negocio del glamour .
Invertir en pelo, parece que es más beneficioso que invertir en oro, en propiedades, en cirugías estéticas, uranio enriquecido, todas actividades que generan demasiada burocracia o son dañinas para el medio ambiente, sino para las personas.
La cotización del Bitcoin, la moneda digital, tambalea ante la ganancia que significa el negocio del pelo.