En la era de la globalización, si algo hemos aprendido es que todos somos raros. La situación sobre llevar a la ficción, al cómic, a cualquier multimedia historia que nos asombren o nos impacten en cualquier sentido es una misión cada vez más complicada para los artistas de la creación.

Cuando ya parece que se agota la imaginación aparecen los japoneses y generan movimientos que lideran las modas entre los jóvenes, momento sensible de la vida de todos en el que tenemos la potestad de sumarnos a cualquier propuesta que nos resulte divertida.

Los jóvenes japoneses, van en el sentido contrario, en vez de crear nuevas ficciones, traen las ficciones a la realidad. Es así que no es extraño encontrar caminando por la calle a los extraños personajes de la Manga japonesa, las historietas, con trajes muy elaborados, se constituyen en estilos, en modas, que pronto toma las tiendas comerciales que por presión de las solicitudes se especializan en esta cultura de reproducir el comic hacia la realidad.

El sentido, parece, es replicar el estilo, en todos los detalles, pelos, colores, diseño de indumentaria, lenguaje y hasta roles.

Del mismo modo que se puso el mundialmente estilo emo, los jóvenes japoneses llevan la caracterización a los extremos, incluyendo los nombres que las detallas.

De Japón y para el mundo, exportando la moda, este es un breve vistazo sobre algunas de estas tribus:

Los Kigurumi salen vestidos con pijamas disfraces de peluches, desde la cabeza a los pies, orejas, hocicos, lo que sea, representación de la ternura, pero sólo en aspecto, para quien haya visto las historietas de animé, del cual Pikachu es el líder entre las preferencias.

Los Yaeba, recurren a medios más cruentos, se afectan las sonrisa, se ahuecan los dientes, se realizan extrañas esculturas, parece éste, ser el único medio de identificarlos, cambian el impacto de la sonrisa. Los dentistas agradecidos por tener un trabajo extra, primero en desarreglar los dientes, luego en arreglarlos. Esta es para mí, una de las descabelladas, comparada con los tatuajes, esta es bastante invasora y puede afectar la salud.

El Visual Kei, con su genealogía en el teatro tradicional Japonés, el Kabuki, donde el rol femenino era realizado por mujeres, y de allí la famosa ópera, Madama Butterfly, sobre la escandalosa fascinación que ejerció sobre un diplomático, que se basó en un hecho real ocurrido, dicen, en Nagasaki, cultivan un aspecto andrógino, aunque tiende a lo femenino. Este grupo se caracteriza por un estética entre bandas musicales, que también se ha difundido mucho en Chile, situación cuanto menos extraña, siendo ese país muy reservado y tradicional.

Las Ganguro, imitan a las mujeres típicas de las series de tv californianas, bronceadas e iluminadas por el sol, rubias resplendentes, con lo que la moda conlleva a cambiar el color de piel, a teñirse y llevar vestimenta flúor en los posible, color y deslumbramiento, el maquille acorde, es una moda que cultivan las mujeres.

Una moda bastante impresionante es la de inyectarse solución salina en la piel, armándose como esos bolsos de globitos de aire, que uno disfruta de explotar. Las Bagelhead, piensan que es inofensivo, porque el efecto dura pocas horas, pero no puedo dejar de pensar que en el acto de pincharse hay más de una connotación, entre las que acostumbrar el cuerpo a ignorar las señales de dolor no parece tener buen fin, y llevar las defensas del cuerpo a un proceso de estrés que se manifiesta en una hinchazón, aunque parezca inofensiva, debe tener sus consecuencias en otro aspecto, el cuerpo, como todo sistema, tiene mecanismo de funcionamiento que se ignora, que el efecto desaparezca, se parece bastante a la creencia que se tenía que meter humo en los pulmones, como se lo expele, era inofensivo.

Hay muchas más, lo que no deja de sorprender es el hecho de llevar al extremo la fantasía de la ficción, en la mayoría de los casos los excesos se producen porque el origen es el animé, mientras en el dibujo no hay consecuencias, llevar eso al propio cuerpo es todo un grito de rebeldía.

La tienen difícil los padres japoneses, que deben ver la misma perplejidad del resto del mundo una forma de expresión que tendrá consecuencias en las vidas de estos jóvenes impresas en la salud.

En Argentina, también contamos con tribus, organizadas según intereses comunes, los más conocidos los Hipster, asociados a la música independiente, se consideran sensibles y ajenos a la cultura del canon musical, y con estilos de vidas, ajenos a la moda, fanáticos del video independiente.

Los frikis acogen a los cultores del tiempo libre a videojuegos, juegos de rol, series de televisión que incluye manga, con lo que cierra el círculo de intersección con la cultura japonesa, ya que estas modas o tribus son subproductos de aquellas.

Con la globalización los gustos y tendencias de los grupos, se van mezclando y reconvirtiéndose. La tecnología, ayuda al proceso de encuentros.