Todo parece indicar que vamos en la dirección de comprar por internet. En vez de movernos hacia los objetos, proferimos que los objetos se muevan hacia nosotros.

El problema que suscita esto, es el traslado de los productos, los sistemas de distribución crecen en complejidad y seguridad en la medida que  crece la venta por internet.

Si bien la red permite algo que tiene una cosa en el mundo real, el tiempo de atención, concreción, preparación y entrega de un producto, por parte de una cadena de empleados, desde que se atiende al cliente, se evacúan sus solicitudes y se concreta la compra, todas esa actividades se reducen a la capacidad y métodos para el envío del producto desde el punto de situación del objeto real.

Una de las empresas que ha comenzado sufrir y corregir sus métodos es Amazon, que ya ha comenzado a adquirir punto de regida de sus productos para extender su red, ya que tendrá que recurrir a que el cliente se mueva hasta sus puntos de distribución, dentro de su circuito de distribución el cliente tiene que aportar, ya que se está haciendo muy difícil concentrar en empleados el acceso a los productos.

La problemática se extiende al comercio electrónico en general, el hacer llegar el producto al cliente, cuenta con una elasticidad temporal, que es justamente la que se ahorra entre el método que el cliente está físicamente en el negocio, a la situación de navegar cómodamente desde su casa y recibir el producto.

Uno de los problemas que la mayoría de los e-commerce presentan es el traslado, el tiempo y la seguridad, todos factores que impactan en la confianza del consumidor.

Desde el punto de vista del cliente, manifiesta irritación por la variación en los horarios de entrega, que hay que planear, además de impactar en el precio del producto.

El transcurso del producto, ahora en forma física, “la última milla”, conlleva un costo y un sistema de logística tiene un costo que le está dando dolores de cabeza a las empresas que se deciden por esta modalidad.

Algunas empresas está implementando la solución mixta, asumir el traslado del producto hasta un punto de distribución cercano al cliente, concentrar la logística en esos espacios y que el cliente deba acercarse a esos puntos.

La solución parece ser convenientes para ambas parte, el cliente administra su tiempo de recogida y se traslada cuando quiere hacia el encuentro con su adquisición sin depender más que de un alerta que le informe sobre la traza que sigue el producto adquirido.

Mientras, para no desaprovechar al cliente en el simple acto de recoger su producto, muchas empresas están en plan de activar convenios para que esos puntos de recogida sean sitios donde además se pueda, de paso, adquirir otros productos, el comercio gana un posible cliente y puede contribuir a su vez con la disponibilidad de empleados e infraestructura ya existente, pudiéndose distribuir los costos del traslado del productos.

Con la misma idea, ya se han creado empresas que generan este tipo de convenios y que gestionan puntos de recogida, evolucionan al mismo paso que el comercio electrónico, lo que incluye un sistema más eficiente en caso de las devoluciones.