Como todas las reglas, presentan sus excepciones, sin embargo en un alto porcentaje los exitosos cuentan con todas o algunas características comunes, por suerte, algunas se pueden adoptar, modificar aspectos de nuestra presentación con los demás, es precisamente una de esas reglas, sino la más importante.
La primera impresión es importante, pero si no está sustentada, no habrá éxito, sino un pico de expectativas que si repetidamente se defraudan empiedran el camino.
Es sabido que los visionarios, no son los que ven el futuro, meramente, sino lo que tienen un presente de optimismo; ven oportunidades, en vez de obstáculos. Estas oportunidades, no siempre se concentra en ganancia económica, sino en siembra para el futuro, poder, alianzas. Las oportunidades a veces no son obvias, se presentan en formas que no se reconocer inmediatamente, una actitud optimista frente a la vida, ayuda a procesar mejor las situaciones y quién sabe, lo que parecía camino cerrado, se abre más adelante.
Los exitosos suelen tomar las dificultades como retos, en vez de escollos, no ignoran los problemas, los enfrentan; si esos problemas los superan, los convierten en problemas más pequeños, y si aún así, no logran soluciones óptimas, los convierten en un oportunidad, lo que hará que sume experiencia, o para no caer en el mismo problema o para finar las técnicas para superarlo. El exitoso no deja que lo venzan las circunstancias, se acomoda a convivir con ellas y a tomarles la mano para ir con ellas y atravesarlas.
El exitoso no quiere cambiar la realidad, quiere conocerla de cerca, utilizarla; toman el control de sus vidas, no esperan que otro lo haga por ellos.
El exitoso tiene respeto por lo que lo hará crecer, el estudio, los medios económicos, el poder, mientras otros se entretienen, el exitoso acumula experiencia, mientras otros ignoran su realidad, porque prefieren distraerse, olvidarse de sí mismos, el exitoso está atento a sus propias limitaciones y siempre intenta ir más allá, con un conocimiento acertado de sí mismo y de su realidad.
Los exitosos tienen control financiero de sus propios recursos, no los viven como un transcurso, sino que es un objetivo, conocen el valor del dinero y lo invierten con inteligencia, no es la prosperidad en sí misma, lo que les interesa, sino siempre más, ya que la prosperidad es un valor intangible e ilimitado, no tiene tope, el exitosos no se conforma con ningún límite, viven, actúa y opera en función del éxito, no de un solo objetivo, sino de otro valor intangible, también sin límites, que es el éxito mismo.
Los exitosos no necesitan poseer, administran con nada, mientras la mayoría espera poseer para administrar. La prudencia tiene otras bases para el exitoso, quien confía en su conocimiento, en su percepción de la oportunidad, y en sí mismo.
Estas acciones hacen que el exitoso, a veces, deba pagar por criterios errados, pero como su premisa es convertir toda situación adversa en experiencia que le servirá, para el exitoso el fracaso no es más que otro reto, por lo que más tarde o temprano, esta actitud, lo llevará por el camino al que aspira.
Como se verá, para el exitoso la vida son procesos que siempre se pueden mejorar, ampliar, explotar, y en todo caso una experiencia de la cual sale cada vez más sabio. No hay pérdidas.
Si te sientes identificado con algunas de estas actitudes, entonces eres un probable exitoso, y aquellas que no tienes, puedes adquirirlas. Ser un exitoso a veces es una elección.
No serlo también, diría el filósofo.