Aunque la palabra crítica conlleva un significado negativo, en referencia a la literatura tiene que ver con señalar rasgos del texto, significados posibles, referencias intertextuales, referencias externas, contextos; en otras palabras es un análisis de los posibles detonantes que el texto produce.

Además de la metodología que proveen los rasgos comunes entre textos, lo más interesante de la crítica literaria se basa en la biblioteca del crítico y en su reflexión sobre el texto.

El apoyo principal de todo crítico es la lectura y el análisis en detalle de su significado, por sobre las expectativas con que el escritor haya realizado la escritura.

El crítico encontrará otros caminos de interpretación, a pesar de las intenciones del escritor; cuando el crítico abre el significado, suele haber controversias sobre las formas en el que texto debe ser entendido por el lector, y es precisamente la característica ambigua de la palabra y parte del valor del texto, su riqueza interpretativa.

Del mismo modo, para la misma metodología de la crítica hay diversos sistemas de enfocar un texto, ninguno cancela a otro, todos son válidos y es una buena práctica tomarlos a todos para cambiar el punto de vista con que el texto opera.

Algunos de los aspectos a tener en cuenta para ingresar a un texto, en su primera lectura, es el contexto lingüístico, que seguramente nos introducirá en una época, lo que marcará un contexto en el cual se debe entender la historia que se quiere contar, hay valores culturales, ideológicos, modos del habla, costumbres;  un sinnúmero de relaciones entre el significado y su relación con la forma escrita. No será lo mismo un contexto de lenguaje actual, invadido por términos que nos ha traído la intromisión de las redes sociales respecto a un momento en el que esos elementos no existían.

Así mismo el texto contendrá una organización de ideas, convención sobre interpretaciones, aspectos sociales y todo tipo de guiños sobre la dirección en que se debe entender la propuesta, todos aspectos que apelan a la formación del lector respecto a su propio sistema interpretativo, que a su vez depende del conocimiento de ese lector sobre el mundo al que se introduce con la lectura.

Hasta donde se puede entender, ninguna de estos movimientos sobre el análisis de un texto tiene alguna connotación de calificación de bueno o malo.

Está mayormente aceptado algunas opiniones sobre la calidad del texto basadas en la opinión de algún crítico importante, la razón de esto es la que se indicó antes, el tamaño de la biblioteca del lector, es decir su recorrido por otros textos, su profundidad de análisis, le otorgaría un espacio interesante dentro de ese mundo multitudinario de textos, cuando más peculiar, más valores encontrará un crítico en un texto; comparada esta opinión con lecturas superficiales son las que provocan a veces un rechazo.

Hay lectores que indicarán el gusto como característica de un texto, y simplemente desestimará opiniones, una lectura tal válida como otra, sin embargo parte de la lectura es incorporar nuevas perspectivas de un texto, misma que se da cuando releemos un texto muchos años después, y nos damos cuenta que no sólo ha cambiado la impresión que teníamos de él, sino, quizás habíamos desperdiciado aspectos interesantes.

Sin embargo, como modelo de comparación de calidad, aquello que se llama bueno o malo en lenguaje coloquial, un texto que contiene elementos que causen extrañamiento, un impacto por sobre otras lecturas, más allá de lo que se cuente, tiene que ver con las formas, con las palabras, con el modo de organizar las frases, palabras, ideas; el extrañamiento es uno de los factores que hacen que un texto consiga atención.

Muchos estarían de acuerdo que sobre temas, hay mucho de todo, pero la forma en que se cuentan hace la diferencia.

Para emprender la tarea de armar un entramado interesante, hay que conocer las figuras retóricas, estrategias de la forma de escritura, para luego, si se desea transgredirlas.

La frase que primero nos sale, es probablemente la más usada, repensar las estrategias discursivas es una de las características de la escritura, hay manuales de narratología que dan cuenta de estos aspectos.

En la vida de lector, aún sin intenciones de ser un crítico, parte del gusto por uno u otro texto tiene que ver con la reflexión sobre estos aspectos, a veces, algunos textos en apariencia simple, esconden secretos interesantes o formas de significado que cambian la perspectiva sobre su lectura y se convierten en un nexo entre comprensión y mundo.

Lejos de su mala prensa la crítica literaria es un movimiento natural de enfrentar un texto, aunque algunos simplifiquen el resultado en indicar que un libro les gustó o no, no deja de ser un aspecto indisoluble de la lectura.

Ana Abregú.

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