Aunque este medio: la internet es innovadora, lo que es bastante viejo es la ortografía, algunos trucos que se aprenden en la universidad, y otros tantos que se van comprendiendo en los multimedios, medios y protocolos, sobre todo.
Por ejemplo, hemos detectado que hay muchos sitios que tratan, supuestamente sobre temas que tienen que ver con la actualidad.
El ciudadano común, ya no sabe cómo detectar cuándo hay información seria por un lado, o veraz por el otro. La seriedad y la veracidad es lo primero que separa este medio, hay más trascendidos y creencias que aspectos comprobables o reales.
El ciudadano común, debe advertir los signos que separan a los discursos construidos de los verdaderos.
Los construidos son, seguramente dirigidos por intereses ocultos, tratan de desenmascarar supuestas conspiraciones, personajes y hasta actos sin pruebas.
Si el damnificado, advertido sobre la situación, pretende salvar su honor, será ajusticiado de manera certera, porque es precisamente el objetivo de ese tipo de periodismo: tener pruebas que ha conseguido llegar al blanco, desacreditarlo, y sin importar si hay pruebas, si hay verdad, la simple presencia del damnificado será usada para establecer una verdad, basado ahora en la “molestia” ocasionada.
Cómo descubrir a estos personajes, hay varias formas, pero una es fundamental: tiene errores de ortografía inauditos.
Sepan los lectores, que el periodista vive de la claridad con que puede transmitir conceptos, y no se dude que la ortografía depende en gran medida de ello.
¿Quiere saber si el informador es serio?, confíe en su formación: los buenos periodistas no cometen errores ortográficos. No me refiero a la gramática en general, sino sencillamente a escribir ciertas palabras con faltas ortográficas tan notables que no pueden justificarse.
El uso de los acentos, es un indicio más sutil, pero igual de válido.
Por ejemplo, quien escribe “democrático”, sin acento. Es bastante común que este tipo de personaje use la mayúscula para disimular estas ausencias, ignorando que en mayúsculas el acento sigue siendo válido.
Parece extraño que alguien que se hace pasar por un periodista elija el medio periodístico para difundir su mensaje, sin tener en cuenta que debe tener las condiciones que se acrediten a sí mismos como idóneos, pero así es la perversión de la necesidad del protagonismo.
En una primera observación, si alguien que no puede armar frases sin errores ortográficos, en una primera instancia, es alguien que no tiene idoneidad para sostener sus propios argumentos.
Me llegan comentarios de blogs en los que pasa continuamente, gente que denuncia a otros, basados en un supuesto accionar periodístico que no es más que estrategias mercantiles de protección a unos por la vía de destruir a otros.
Personalmente, creo que un primer test de que nos están engañando es tener en cuenta al menos esta primera impresión: en la escuela del periodista idóneo, la ortografía es una materia importante, sin la cual no se acredita como tal.
Este primer filtro, para un contenido serio.
Me han llegado algunas consultas al respecto, así como curiosidades que pululan en los blogs. En principio debido a la facilidad con que se accede a esos medios y, por lo mismo, a la multitud de esos sitios montados para extorsionar a los damnificados o para generar situaciones de duda sobre la honorabilidad de otros; la idea es crear un “medio del miedo”, crear condiciones de credibilidad con premisas que no se pueden comprobar.
En un próximo artículo indicaré otros aspectos de esta actividad, por ahora, con sólo este indicio, se descartará un buen porcentaje de sitios o blogs que se dedican al pillaje de prestigios, usando la tendencia del público lector a buscar situaciones que propongan excusas para denostar a los otros.
Lo peor es que mucha gente tiende a tomar como verdades, suposiciones que sólo se sostienen en "testigos" que suelen quejarse como si fueran víctimas de lo que se afirma, pero no es más que otra estrategia para lo mismo: generar pruebas tan falsas como las publicaciones.
Sin embargo, no hay forma de conjurar el prejucio, esos sitios son sumideros de personas que hacen más que servir a intereses que no entienden, que alimentan el ego del falso periodista, y mucho más el bolsillo, en la mayoría de los casos, se trata de jóvenes que han detectado en la actividad una forma de sacar dinero fácil.
Ahora ya se entiende la mala ortografía, hay que ir alcanzar a terminar el secundario, seriamente, para tener un mínimo de formación para escribir.
Esto no quita que somos muchos los que nos esforzamos, sin conseguirlo, pero hay una gran mayoría que se caen por sí solos.