Relatos, literatura, literatura latinoamericana, Ana Abreg, escritora argentina, metaliteratura, revista de literatura.
A veces acostarse con todos los hombres que se pueda no es más que un modo de exorcizarse de un estupor.
Después del undécimo estupor hay una química que deja de funcionar, que te hunde en la plana y densa calma de la amnesia.
Pero él, sólo por el reflejo sumergido en el cuerpo que casi no responde ya, dice, afirma, pregunta, inquiere, insiste en si es porque estuve con otro.
Si colgáramos de un pentagrama las afirmaciones y negaciones en escala de decibeles entre más culpa y menos culpa, se diría que es armonía, aunque se tratara de ruido y ficción
La mentira, en su fonética, en su modulación, es un arte poco apreciado, cuyo final es el tañido de esa bala que rebota en mi cabeza, con un sonido como si mi cráneo hubiera sido hecho con alguna aleación de metal.