El hombre de acero, un hombre al que las balas no lo penetran.
Yo quisiera saber qué pasaría si un locutor sirio, por ejemplo, se metiera en Estados Unidos y se pusiera a filmar en cualquier lugar, buscando situaciones que denigren al gobierno de los Estados Unidos.
Quisiera saber qué pasaría, si un locutor de Irak, se fuera a realizar un documental sobre la imagen del presidente Obama, y sobre todo, mostrara ese documental en blanco y negro, con la música de la 5ta de Beethoven, la fúnebre, para luego pasar la de su oponente, en colores y con música de Carrozas de fuego.
Así fue el documental de Lanata, música deprimente para presentar a Chávez, colores y alegría para el contrincante. Según Lanata, Caprile debió ganar.
Más que por las diferencias, o porque esté a favor de Chávez, me gusta que haya ganado, porque por una vez, el cuarto poder claudica.
El colmo de las justificaciones es que se haya adornado a sí mismo usando los nombres de los periodistas del Watergate, el escándalo político que bajó a Nixon, comparándose con Bernstein y Woodward, como si fueran lo mismo.
Para empezar, esos periodistas investigaban en su propio país, a funcionarios de otro país.
Lanata se fue a hacerse el esclarecido en un país ajeno, durante el período de veda política, en caso de elecciones y con un programa de evidente sesgo político, inexacto, lleno de prejuicios y sobre todo, una flagrante intromisión en política interna de un país que es aliado del nuestro en importantes insumos energéticos.
Personalmente creo, que lo soltaron por ser quién es, el único opositor del gobierno, los otros están pintados.
Ser un opositor que habla, aunque se presente a sí mismo con que informa, es una ventaja, no tiene que presentar proyectos, o actuar, o en otras palabras: sumar, hacer algo útil más que estar estorbando en el medio.
Como dije: ya quisiera yo ver qué pasa si un locutor irlandés, aparece por Londres haciendo un documental contra la reina de Inglaterra, dejándola como una corrupta, y todas las delicadezas que Lanata le endilgó a Chávez.
En otras palabras: en el único país en el que ese personaje oscuro puede hacer lo que hace, es en este, y bajo la presidencia que tanto defenestra.
Lanata debería recordar cuándo tuvo la libertad de la que goza, sin ahogarse en lo propio que siembra.
Pero, sin duda que pasará, no hay peor persona que el desagradecido.
El piensa que la gente es estúpida, seguramente algunos lo serán y le creerán el circo que arma, pero, el tiempo todo lo concilia.
La historia te juzgará Lanata, y entonces volveremos sobre todos los delitos que en nombre del periodismo te sume en la impunidad.
Sos un traidor a lo mismo que en alguna ocasión defendiste, y que te dio la popularidad con la que hoy servís a las multinacionales que se comieron y comen a tu país.
Los traidores, en cualquier país, van presos.
Qué lástima que no quedaste preso en Venezuela, así al menos dejas de meter palos en la rueda.