La quiropraxia o quiropráctica, es una forma de medicina alternativa que fue desarrollada en el siglo XIX, cuyo objeto es el diagnóstico y tratamiento de problemas en el sistema musculoesquelético. Se trata por tanto de una auténtica ciencia, no obstante, existen en torno a ella muchos mitos que impiden a los pacientes confiar en su eficacia.

Uno de ellos y tal vez el que mayores consecuencias negativas trae consigo, es la afirmación de que un chiropractor no es un profesional de la salud. Esto es un error, si bien todavía existen países donde no se le da este título, muchos otros entre los que destacan Estados Unidos, España, México, Francia y Australia, sí lo reconocen como tal. Por tanto, quienes la ejercen sí son médicos reales.

Así mismo, hay quienes aseguran que sólo pueden acudir al quiropráctico las personas que sufren dolencias en la columna vertebral. Esto es una mala interpretación de la perspectiva de esta ciencia, puesto que ella no se enfoca únicamente en dicha área, sino que parte de la idea de que la mayoría de las enfermedades se originan allí. De hecho, pacientes con problemas en la presión arterial, estrés y otros padecimientos han sido curados gracias a ella. 

Otro mito que suele escucharse en torno a esta especialidad de la medicina es que no es apto para niños. Esto tampoco cierto; infantes, jóvenes, adultos y ancianos pueden recibir los tratamientos quiroprácticos sin inconvenientes. El quiropráctico, según la edad y características del paciente, aplicará la terapia más idónea, realizando los ajustes pertinentes, según sea el caso.

Es importante tener presente que un quiropráctico no es un fisioterapeuta, ni un osteópata. Si bien existen muchas semejanzas entre tales disciplinas, cada una se caracteriza por poseer una perspectiva particular acerca de las causas del dolor y las enfermedades. Por ello, también se diferencian en la manera en que se tratan los padecimientos.

De todo lo anterior, debe concluirse que la quiropraxia es una ciencia eficaz, que ofrece ayuda pacientes con diversos problemas físicos. Si considera que esta puede ser la solución a sus molestias, no dude en consultar a un quiropráctico. Una vez realizado el diagnóstico, él le indicará el tratamiento más oportuno.